viernes, 25 de marzo de 2011

Visitando a Alicia



Cada segundo descubro algo interesante y curiosamente, siempre a partir de algún suceso ocurrido en mi pasado.

Ayer ALICIA & YO nos vimos al otro lado del espejo. Alicia siempre vive en su país de las maravillas, pero recibí su llamada a pesar de ser yo el que la telefoneó, el que la movilizó. Alicia ahora es pelirroja, siempre lo fue para mi. Yo no pude verla hasta estar preparado para atravesar el espejo. Mi hermana Daisy, que antes era una preciosa flor, me lo dijo en una de sus escasas pero precisas cartas: "todo llegará en el momento que tiene que llegar..."
Mientras esperamos a que algo suceda sólo nos preparamos para poder recibirlo plenamente.
Alicia escribe, Alicia piensa. Alicia ve, Alicia ya era libre... Hoy también soñé con Alicia, pero siempre había deseado ser como Alicia y poder algún día, como ella, atravesar el ESPEJO. Y lo conseguí!!! Antes necesité aprender a ser INVISIBLE, entonces supe lo qué era, o que estaba ya en la NUEVA ERA: en el MUGA. Algo tan sencillo me llevó años saber cómo se hacía.

Ser INVISIBLE consiste en moverse tan despacio y sin pararse, como un caracol, y hacer lo que todos esperan que haga (hacer lo que se debe). Así me estaré siempre moviendo sin que se note, e incluso me volveré invisible porque estoy donde todos esperan que esté y haciendo lo que los jefes quieren que haga. No me verán y no se notará mi presencia: estaré sin estar. Así atravesé el espejo porque ni éste notó mi presencia; entonces pasé a través y vi a Alicia en su PAÍS: el MUGA.
Volví a mi infancia, viajé por ella, degusté exquisitos manjares. Recuperé y disfruté antiguas y nuevas sensaciones. Reímos, y casi lloramos, porque son dos sentimientos hermanos; como nosotros.

Hoy volví a soñar con su rincón, con su País y su puerta destartalada, pero que era la misma que yo recordaba en nuestra vieja bodega del pueblo de mi infancia: TUIRIZ. Allí estaba mi tía MINA, mi estrella y mi Ángel, porque cuando amamos a alguien ya nunca podemos olvidarle, y al pensar en esa persona ya existe. Todos seguimos AQUÍ o ALLÍ mientras haya alguien que nos recuerde; por eso nunca nos vamos y siempre estamos revoloteando, como mariposas de flor en flor, de aquí para allá.

(c) Miguel Je

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