«¿Nos ayuda en algo gritar cuando nadie nos escucha?»
¿Cada época tiene su moda o cada moda tiene su época? En el fondo da igual, pero toda moda tiene fecha de caducidad al ser algo intrínseco del término. Lo que hoy está de moda puede que mañana no lo esté. Luego está el tema del «éxito», a cuántos más fieles reclute más éxito. Una «tendencia» sería el primer paso, que debe hacerse lo suficientemente popular para llegar a alcanzar la categoría de moda. Otro de los factores que contribuyen a la consolidación de una moda es el tiempo de duración, cuanto más dure más exitosa será esa moda. Hay modas que apenas nos llegan a calar por lo efímeras. No tenemos ninguna obligación de seguir una u otra moda pero, a veces, hay modas que no tenemos más remedio que abrazar. Un ejemplo de esto lo tenemos en ciertos casos como, cuando algo pasado ya de moda y que nos gusta lo dejan de fabricar, y no nos queda más remedio que adaptarnos a una nueva moda. Así que también existen modas impuestas a las que no nos podemos negar, estas son las que no soporto.
Apenas hemos empezado una nueva época y ya hay muchas nuevas modas en el punto de salida dispuestas a enamorarnos, o al menos a engatusarnos. Cualquier cosa por muy insignificante o innecesaria que pueda parecer tiene la capacidad de ponerse de moda. Una canción, una película, una coletilla, un color, un peinado, un pantalón, una forma de hablar, ciertas expresiones, incluso hablar de ciertos temas, un partido político, una empresa, un spot o una publicidad... No creo que sea necesario enumerar más ejemplos para llegar a comprender que hasta la política ha llegado a ponerse de moda. Las modas nos acechan continuamente y por todos los ángulos.
Hemos venido asociando las modas a las décadas, al menos desde que tengo uso de razón, pero nunca un cambio de década marcó directamente la entrada de nuevas modas; se van instalando poco a poco, pero a la vez se intuyen síntomas de que ya están aquí. Son como pequeños avances y muchas veces funcionan como estudios de mercado. En esta década que hemos empezado ( la segunda de siglo XXI ) se están extinguiendo algunas modas para dejar paso a otras que ya están empujando. Los medios de comunicación suelen ser una de las mejores plataformas de lanzamiento, y de todos ellos la televisión, el medio más generalista, ya nos está dando muestras de por donde van la nuevas tendencias. Desde hace unos meses (en las últimas semanas ha aumentado) se están incrementando sospechosamente en TV estas nuevas tendencias que acabaremos por aceptar como moda.
Me ha llamado mucho la atención el repentino bombardeo de publicidad de Compañías de Seguros mostrándonos un amplio abanico de seguros sanitarios. Cada aseguradora está mostrando su propia versión. Esto sólo tiene una única lectura que es el amplio mercado que van a tener desde YA. Si existe una sanidad pública, que es nuestro mayor orgullo, para la que fue necesaria una importante lucha de generaciones anteriores, y que hemos ido mimando y mejorando, cómo puede haber tanto interés en las empresas de seguros en invertir en un nuevo producto, que a día de hoy nos parece realmente innecesario. Pero algo va a pasar si nos atenemos a los datos, y todo me lleva a la reflexión de si la sanidad pública tiene los días contados. Pienso que sí, salvo que todos unidos lo remediemos, sino me temo que nuestro, muchas veces criticado, pero realmente extraordinario sistema sanitario degenerará a una sanidad de beneficiencia, que será también deficiente e insuficiente.
En Alemania uno de los negocios más rentables es el de los seguros. Es una nación de mentes previsoras hasta la médula. Ellos tienen seguros de vida, de hogar, de accidentes, de responsabilidad civil, dental, bici, coche, perro... En 2010 los alemanes se han gastado de media la no despreciable cantidad de 1780 €. Cada persona tiene de media seis pólizas contratadas cuando solamente por ley son obligatorios los seguros de coche y el sanitario. Derrochan tanto en seguros que han empezado a impartirse cursos por 22 € para hacer aprender a hacer una elección adecuada a las necesidades de cada ciudadano. Si Alemania ha sido ya invadida por esta nueva moda ahora ya se atisba en España, ¿tendrá el mismo éxito?
El estado de bienestar social está desapareciendo a un ritmo trepidante, la distancia entre ricos y pobres se incrementa día a día. Parece que los Estados han dejado de tener como prioridad el bienestar de los ciudadanos y ya no hay más patria que eso que se llaman «los mercados» y que siempre fue «el capital».
Los trabajadores estamos perdiendo derechos, la mayoría de los ciudadanos porque los políticos y los poderosos del capital parece que son inmunes. Vuelve un sistema de trabajo muy parecido a la «esclavitud», y si lo quieres bien y si no también. Es la utopía de un mundo completamente amoral, lo mismo que el propio dinero.
Hemos de permanecer unidos. Más allá de las ideologías políticas está el instinto humano, no podemos caminar hacia atrás, no sólo sería un retroceso en la evolución sería también toda una traición a las generaciones que han dado su vida por ir conquistando derechos vitales. Por eso no podemos callarnos ante el injusto mundo que estamos permitiendo. No adoptemos esta realidad como una moda inevitable. El poder ha de volver al pueblo, hemos de quejarnos y resistir, no podemos permitir que nos sigan aplastando.
Quiero gritar, quiero hacerte gritar, gritar hasta el final... Gritar cuando algo nos parece injusto se pondrá también de moda, lo veremos!!!
Este artículo denuncia algo que se ha instalado, por desgracia y sin que nos hayamos, apenas, dado cuenta. Esto de las modas, apoyadas desde poderosos medios publicitarios ofrece muchas facetas y, como negocio, ¡no tiene freno!. Has dado dado cuenta de cuales son estas modas y pones el dedo en la llaga en el de los SEGUROS. Un invento que genera la necesidad de contratarlos, precisamente porque, antes, han intervenido agentes encargados de crear inseguridad. Baste como ejemplo, para comprenderlo mejor, el aporreo mediático que los sufridos españoles estamos soportando, desde distintas instancias oficiales y particulares, interesadas en terminar con la Seguridad Social que disfrutamos, mintiendo descaradamente sobre su viabilidad o sostenibilidad con constantes avisos inquietantes. Yo, a todo lo que dices, me gustaría aportar un ejemplo más, que lleva funcionando con éxito económico bastante tiempo, referido a la Seguridad Ciudadana, en la que las Administraciones Públicas bajaron, inesplicáblemente. la guardia al mismo tiempo que crecían los atracos en domicilios y negocios comerciales, acompañados de una fuerte propaganda ignominiosa en Tv,radio y prensa escrita. ¿NO es esto para sospechar? Alguien , en España, se está pasando tres pueblos.
ResponderEliminarEn este artículo, escrito y publicado a primeros de diciembre del 2011, reflexionaba sobre lo que podría llegar, y LLEGÓ!!! Hemos reaccionado tarde, muy tarde, y aunque terminaba el texto con estas palabras: «Gritar cuando algo nos parece injusto se pondrá también de moda, lo veremos!!!», ahora ya no creo que sea cuestión de gritar o patalear; ahora, hoy, gritar ya no es suficiente. Ahora hay que luchar con todas la armas a nuestra disposición (gritar es una de ellas, pero creo que el poder ya se ha hecho inmune a nuestros gritos).
ResponderEliminarHola, ¿que tal? La moda, los cambios y el volver a tiempos pasados ha sido una constante en Occidente desde el Renacimiento. Está en nuestro inconsciente cambiar, probar cosas nuevas, realizarnos con la variación. Como todo, el exceso es perjudicial, como está ocurriendo ahora mismo. Estamos creando demasiadas máquinas con obsolescencia programada. Llegará un punto en que no se podrá recuperar cosas válidas y que funcionan. Es bueno gritar contra las injusticias, pero también en eso se ha de ser eficaz. El poder, el sistema ya ha inventado mecanismos para que las acciones en su contra queden neutralizados en su mayor parte ¿Sirvió de algo protestar contra la guerra? Bush lanzó su ejercito y sus bombas mientras el Aznar le lamía el culo ¿De que sirvieron las huelgas generales durante el mandato del PP? Exacto, para nada. Los sindicatos en estos momentos parecen neutralizados, víctimas de sus propias trampas y que no han sabido tener el apoyo de la gente que está en el paro por ejemplo. Las nuevas tecnologías nos han de ayudar a combatir a un sistema político lleno de corruptelas, de favores de bajo el brazo, prisionero de los poderes económicos. Saludos!
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