La vida también es una relación psicológica entre yo, que observo, y la obra (lo creado por mi o por otros)
Cuando un dolor que tenemos asociado a un olor, que a su vez estuvo relacionado a un placer, y pasan años, unos cuantos, sin sentir estas tres sensaciones, y de repente, un domingo cualquiera, alguien, sabiendo o sin saber, te coloca ante un umbral y se abre una puerta azul mediterráneo, y una mano manchada de pintura te invita a entrar, y aquel olor grabado, tantas veces sentido, lo llena todo y se me mete por todos los poros de la epidermis, y sigue más allá, hasta la fibra más sensible. Empiezas a oír, a ver, a sufrir, a reír, a amar una vez más, porque siempre lo digo: el el que ha amado una vez nunca deja de hacerlo...
Y todo vuelve, todo gira con las ruedas de una bicicleta; todo suena como de un instrumento recién afinado se tratara; todo transmite Energía y siempre se vuelve al principio: estamos continuamente volviendo a la infancia para arreglar lo que antes no supimos cómo hacerlo. Uno puede regresar instantáneamente con sólo sentir un olor, una canción, sentir una imagen, con una simple voz...
El AMOR está en todas partes. Sólo tenemos que estar preparados para verlo; y yo lo vi, lo sentí, lo siento cada día, cada segundo, con cada cuadro, con cada pintura, con cada imagen. El amor está en las maletas, en el mar, en el suelo, en las bicicletas, en las tumbonas de rayas, en los instrumentos musicales, en los diferentes colores, en el suave tacto del acabado y en las personas sin rostro definido. El amor ESTÁ. Y nosotros sólo tenemos que pararnos, ver y amar. En este sentimiento recíproco creado está el ELIXIR de la VIDA. Por eso no hay que salir fuera, hay que mirar primero dentro, y ya es suficiente para ver luego todo lo demás.To fall in love every day, cada segundo, cada milésima, y todo volverá a GIRAR.
Por eso cuando entré en el estudio de Luis Frutos, en ALTEA, ocurrió lo mismo que la primera vez que pisé TRINTA GALLERY, en COMPOSTELA. Si algún día amé la pintura y dejé de hacerlo, o de darme cuenta de ello, porque dejé de sentirla; cuando fui capaz de amar de nuevo amé también la pintura de Luis, los perfectos cuadros acabados y suavemente dulces. Imágenes de su infancia, de su vida pero que también YA lo son de la mía, porque me han hecho vibrar a más velocidad y regresar a mi infancia para intentar solucionar lo que tenía pendiente, y no encontraba cómo ni cuando hacerlo.
Y ya está, ya estoy en el camino. Esa vibración más evolucionada me ha sacado del largo letargo y me ha puesto donde tenía que estar: de nuevo en el mercado, de nuevo en el ARTE.
Ha sido un "come back", una vuelta a la simple vida, ¿tiene precio eso?
Siempre tiene que haber un comodín para iniciar el juego y siempre hay dos en cada baraja, en cada juego. Lo importante siempre será el juego. Pues vamos a jugar.
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