«Las estrellas que brillan el doble, duran la mitad que las demás»
23 de julio por la tarde, leo en la pantalla del televisor: — ˝última hora: La cantante Amy Winehouse ha aparecido muerta en su casa del norte de Londres”; sentí como un escalofrío que recorría todo mi cuerpo.
Hace unos cinco años que la escuché cantar por primera vez, y me enamoró; fue un flechazo, que se acrecentó al ver cómo era físicamente. Era un chica peculiar, con estilo propio y fuera de toda norma. Su forma de vida, su imagen (vestuario, maquillaje y peinado ) le daba un aura de verdad y, sobre todo, de libertad. Su estilo fue copiado por muchas jóvenes y adolescentes. Era solitaria, pequeña y con apariencia frágil a pesar de su actitud algo «macarra». Le gustaba pasear sola por las calles de Londres. A mí también!!!
Muchos pensarán que es una pena que un «talentazo», como lo era ella, se fuera degradando por las drogas a un ritmo vertiginoso: «¡Malditas drogas!» Puede que la droga haya sido el mecanismo detonador que la llevara a desaparecer una tarde de finales de Julio, pero pudo haber sido una bala, una intoxicación etílica, una caída, … Ella se fue y punto. Pero nos deja un pequeño legado, que es un gran regalo, con todo el sentimiento y emoción que ella nos entregaba: sus canciones. No hay ni una sola que no me guste, y tardaría tiempo en poder elegir una de entre todas, quizás «Back to black»... pero es que de su primer CD: «Frank», podría escoger cualquiera. Me hubiera gustado conocerla personalmente. Hubiese deseado saber cómo era, y cómo y porqué fue evolucionando hasta desaparecer. Se hablaba de sus escándalos hasta la saturación, pero qué había detrás de todo ese descontrol. No lo sé pero me importa.
Sé que había hecho un disco con canciones de ritmo reggae y que su discográfica lo rechazó. Me apuesto que no tardarán en editarlo y qué será su gran éxito. Yo correría a comprarlo. También tenía otro cociéndose, ya con el beneplácito de la compañía, de ese dudaría, pero por oirla seguro acabaría por adquirirlo.
Ella consiguió muy joven y en poco tiempo el éxito profesional. Todo por su enorme talento, por su voz, pero también por su acierto a la hora de componer sus canciones. No engañaba a nadie, no le importaba nada el que dirán, pero su éxito profesional no llenó sus anhelos, lógicamente para ser feliz se necesita amor, y ella tuvo un gran desengaño, no fue afortunada en amores. También un posible desencanto del «show business» ayudó a que cada vez se refugiara más en las drogas, llegando a excederse sin ningún control, quizás, precisamente, por falta de amor, por falta de tener a su lado una persona que le diera equilibrio. Por su especial personalidad parecía reírse de todo, de todos, incluso de ella misma.
No sé, y mira que me gustaría, qué pensaría ante un inminente concierto: ¿quería o no darlo todo? Pero por qué llegada la hora, salía al escenario con sus facultades excesivamente mermadas. ¿Estaba tan contenta que no paraba de celebrarlo y cuando llegaba la hora de la verdad se había pasado, o por el contrario se sentía tan aterrorizada ante la subida al escenario y enfrentarse a su público al que deseaba agradar, y no sabía que sólo con su presencia y su voz era suficiente para enamorar a todos los presentes. O quizás ya todo le importaba un pito porque ya no le gustaba la vida, el mundo... Sea lo que sea Amy se ha ido.
La recordaré siempre, escucharé sus canciones de vez en cuando, cuando la eche de menos o cuando quiera, seguirá viva porque muchos la seguiremos recordando. No veré imágenes de sus excesos. Me quedaré con lo mejor y con esa carita de niña mala pero tremendamente frágil y desencantada.
No pienso que las estrellas que brillan el doble se apaguen a los 27, creo que es coincidencia y punto.
Te quiero AMY!!!
©Miguel Je 2011
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