«Las personas no son sino simples espejos donde poder reflejar tu alegría o tu tristeza.
A ti te toca elegir.»
Nunca he tenido dificultad para escribir sobre mis sentimientos ante la vida. Pienso, incluso, en el beneficio que me ha producido hasta ahora la afición a relatar mis experiencias regularmente desde antes incluso de la adolescencia. Sin embargo hoy soy consciente de que todavía tengo problemas al enfrentarme a una hoja en blanco para «hablar» de mi familia más directa, dejo pasar minutos y minutos sin lograr que salga ni una «hormiga». De pequeño decía que los libros estaban llenos de hormigas, de pequeño decían que tenía demasiada imaginación. Mi madre era, precisamente la que más se quejaba de mi exceso de imaginación, pero también se quejaba de mis ocurrencias que siempre acababan en desastres para ella. Nos hemos querido mucho, pero también odiado. Crecí a su lado y pasados los dieciocho nos separamos. Ahora son muchos más los años separados, pero siempre con visitas y contacto telefónico, y antes alguna que otra carta. Nos vimos por última vez en Abril, estaba aparentemente feliz pero noté menos fuerza en sus ojos... ¡La edad, qué acaba por hacer mella! Fue una mujer que no eligió en ningún momento el camino fácil, se saltó las normas desde muy joven casándose antes de cumplir los dieciocho con un chico mayor que ella al que mi abuelo nunca llegó a tragar. Dejó el pueblo y montaron un negocio pero los contratiempos hicieron que un día lo dejara todo para irse a trabajar a Londres ella sola, en aquellos tiempos, en el sesenta y cuatro, yo tenía tres meses de vida y me quedé con mi padre y mis dos hermanas... Es una mujer moderna, siempre lo fue, siempre consiguió lo que se proponía, nunca ha dejado de ser la protagonista, y ahora lo es más que nunca. Ha sido capaz de hacerme experimentar la más dura y extraña sensación. La experiencia de ver su foto en un telediario, de tocarla en la portada del periódico de su ciudad, no sé si seré capaz de describirla. La primera vez, en el informativo de LaSexta, no pude contener las lágrimas; un escalofrío me recorrió el cuerpo como si de un relámpago se tratara y empecé a tiritar. Soy conocedor de su desaparición desde el último día del año, casi veinticuatro horas desde que se le echó en falta, pero a pesar de ello verla en la TV como protagonista de una noticia de sucesos impacta y me hace recordar todas las veces que viví noticias parecidas e imaginaba cómo lo estarían pasando sus seres queridos, pues ya no tengo que imaginar más, ya conozco lo que se siente pero no sé si sabré describirlo. Cuando tuve conocimiento por mi sobrina Patricia de lo ocurrido me desmoroné pero cuando vi la noticia en el informativo algo se rompió en mi interior más íntimo, diría que en el alma, no de golpe, lentamente. Me quedé poco a poco sin energía, como una rueda que se pincha pero sigue rodando cada vez más despacio hasta que se para quedando aplastada contra el asfalto. Me quedé frío, y un profundo sentimiento de tristeza totalmente nuevo y diferente, nada que ver con la tristeza que yo conocía, ni mejor ni peor, simplemente desconocida.
Desapareció la tarde del día 30 de Diciembre, en Lugo, en la residencia de ancianos de San Roque, lloviznaba. A día de hoy no hay todavía ningún rastro, sigue lloviendo en Lugo desde entonces, pero su teléfono siguió dando señal hasta ayer. Posiblemente uno de estos días luzca el sol, incluso mañana. Tiene 82 años, está bien, al menos lo estaba hasta ese día, pero caminaba ayudándose de un bastón, vamos, bien, pero no para echar a correr, buenas condiciones mentales, quizás no excelentes porque quién las tiene excelentes incluso con mucha menos edad en el mundo que vivimos.
Mi cabeza hecha humo de tanta actividad. Mil suposiciones, intento utilizar su lógica, ponerme en su pellejo, meterme en su realidad asimilando como propios sus muchos cambios en el último año. Dejó su casa para irse a una residencia. Sí, se ha ido con mi padre pero no deja de haber sido un gran golpe. Mucho tiempo para repasar su vida, su realidad, sus metas cumplidas, sus fracasos, sus éxitos, sus problemas de salud, los de mi padre, sus hijos…
Esa día, según mi padre, se había pasado la mañana probándose ropa y joyas, nunca dejó de ser coqueta salvo en épocas de depresión, le pidió pinturas y barra de labios que le trajo en poco tiempo. No le dio demasiada importancia. Yo sí se la doy, a mi me parece que pretendía ir a algún sitio, quizás algún viaje, pienso incluso que tuviera planeado venir a verme. Puede que estuvieran enfadados por alguna reciente discusión, la convivencia, ya se sabe, y en un lugar así pienso que todavía es más difícil. Puede que estuviera harta de vivir en la Residencia en la que no llevaba ni un año, eran sus primeras navidades fuera de su casa en toda una vida. Puede que tantas cosas… Pero seguía teniendo su casa, de hecho se llevó las llaves, o las de sus hijas, o la mía, o la de mi abuelo donde ella nació, junto al río Miño. ¿Por qué se ha ido sin decir nada? Puede haber perdido de repente la razón, puede que estuviera enfadada con todos y nos quisiera dar un escarmiento. ¡OHHH! Pueden ser tantas cosas. Todo suposiciones. No pienso todavía en que le haya pasado nada malo aunque también sé que se puede dar. Es raro que no la hayan encontrado en seis días ya, nadie la ha visto, la conocen pero hace días que no la ven.
En mi familia empiezan pensar en lo peor, pero yo siento que está bien. La siento feliz y más rebelde que nunca, pero ¿dónde?
La encontraremos, Miguel...
ResponderEliminarQuerido Miguel, he llorado al leer esta entrada en tu blog, me he emocionado, porque es muy duro lo que te está pasando, pero a veces pienso, que con lo valiente que es, quizá haya sido capaz de irse a casa de una vieja amiga suya, sería cuestión de buscar en lugares de confianza incluso en Reino Unido. Ánimo amigo, a ver si todo sale bien y pronto!!
ResponderEliminarEl hecho de que seamos matrimonio y por tanto que, con el corazón en la mano hayas relatado la desaparición de tu madre, viviendo minuto a minuto estos duros momentos en mayor unión y sentimientos, si cabe, conmigo no me facilita expresar lo que quisiera por lo mucho que siento en el doble sentido que me afecta por ti, objeto de todos mis afanes, cariño y cuidados y por tu madre; una anciana entrañable a la que tuve la suerte de conocer y tratar en repetidas ocasiones, siendo objeto de sus mejores atenciones al conocer mi unión contigo.
ResponderEliminarSon tantas las cosas que quisiera hacer en estos momentos, que me inquietan y preocupan sobremanera al verme limitado por unas circunstancias de distancia y consciente de cúal es mi sitio en esta tragedia, con unos límites que no puedo traspasar ya que, a todos los efectos, mi opinión estoy seguro de que, igual que la tuya, no va a ser tomada en cuenta por tus directos familiares.
Coincido contigo en la extraordinaria vida y vivencias de tu madre que la han llevado hasta este momento en que con una superior carga de años, aunque sus fuerzas han sido extraordinarias para hacer lo que ha hecho, no hay que dejar de tener en cuenta que la relevancia de todo lo que le ha llevado a ausentarse sin despedirse, tiene una fundamental importancia y, quizás algun día , si este enorme misterio se aclara, pueda satisfacer nuestra inquietud e interés por conocer cada detalle de lo que ha pasado.
¡Ojalá! aparezca pronto sana y salva pero, con el despliegue de medios que los distintos cuerpos de Seguridad del Estado, han empleado para rastrear y buscarla en zonas ya extensas de la ciudad de Lugo, sin resultado alguno nos van minando las esperanzas porque, a todo esto, hay que añadir los padecimientos crónicos que tiene y que ha salido sin llevarse medicación ninguna con una movilidad reducida ya que necesita bastón para andar despacio.
Es increíble que se la pueda haber tragado la tierra sin dejar ni el más mínimo rastro que, ni tan siquiera, han podido rastrear los perros especializados de La Coruña o Pontevedra.El dispositivo empleado por la policía sin poderlo tildar de excesivo,(porque son más de treinta los agentes intervenientes en la operación) al menos podemos reconocer la ineficacia de buscarla ya por los montes, como dicen, ya que es imposible que tu pobre madre haya sido capaz de encaramarse a la montaña o andar por escabrosidades.
Hay que lamentar el que nos tengamos que considerar impotentes ante tanto misterio y que carezcamos de los medios, que otros afectados por el mismo problema en España han contado para encontrar a sus familiares. Una niña es mucho más fácil de ocultar o hacerla desaparecer y, sin embargo las televisiones siguen , erre que erre, insistiendo y concienciando a la opinión pública para que colabore. En nuestro caso no es esa la suerte ya que solo tres días en distintos medios de Galicia se ha dado la noticia y son insuficientes para mantener en vilo y colaborando a la ciudadanía entera para ayudar a encontrar a una anciana, que sin medios físicos no puede huir con rapidez y sin demasiados medios económicos que sepamos.
El establecimiento Geriátrico de San Roque de Lugo, regido por HH. de la Caridad de los Pobres Desamparados, no quiere dejar que pregunte nada la Prensa y la familia de Miguel, más directamente responsable, no se quiere prestar a esa especie de mórbido circo mediático que se monta alrededor de estos dolorosos sucesos. Estamos en una difícil espera, por tanto y agradecidos a todos los amigos internautas que nos apoyan.
Me quedo sin palabras ante tu relato. Espero que todo se solucione para bien. Ánimo y fuerza. Un abrazo.
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