miércoles, 15 de junio de 2011

La puta moda I



PROHIBICIÓN, VENENO, DOSIS y MIEDO



«Todo es veneno, nada es sin veneno. Sólo la dosis hace el veneno» Paracelso

Está de moda estar indignado. Lo leemos en los periódicos, lo vemos en los telediarios, les hacen entrevistas. Se manifiestan públicamente cada día. Las plazas de las ciudades españolas se han convertido en foros vivos donde comparten sus calamidades y quejas contra los poderes económicos y políticos. Se quejan de este sistema de vida tan poco humano y sin sentido común.
Ya se ha quedado antiguo el término «ni-ni» que definía a una generación que ni estudiaba, ni trabajaba. Han pasado a integrarse en el grupo de los «indignados». Qué casualidad que yo llevo años indignado con esta sociedad, muchos, y cada día que pasa tengo más motivos. Vivimos en una sociedad cada vez más hipócrita.
Hace ya años que dejó de interesarme la «moda», y por tanto no digamos ya de seguirla, a veces me sigue «ella» a mi. Así que, ahora precisamente, voy totalmente a la moda,: soy un indignado más en estas grandes lagunas formadas por personas que como yo han dicho: —¡¡¡¡ BASTA!!!
El fondo de todos los males está en la insuficiente cultura, la escasa educación y el exceso de egoísmo en parte de la ciudadanía, y por tanto entre la mayoría de los que tienen el poder. Los valores de esta sociedad se basan exclusivamente en el DINERO. Se valora a las personas por su dinero, da igual que la fortuna provenga del robo, la extorsión, la especulación, la corrupción o el narcotráfico. — ¡Oh el NARCOTRÁFICO! Fíjate en la incongruencia que hay con el tema de las drogas y su interesada y falsa clasificación. El tabaco, el alcohol, todo tipo de medicamentos vendidos legalmente en establecimientos más o menos especializados, al alcance de cualquiera que sea mayor de edad. Pero las más naturales las prohiben y persiguen, quedando exclusivamente su control en manos de mafias, compuestas en muchos casos por personajes, encima, hasta con consideración social. De ahí sale el dinero negro que se multiplica exponencialmente, pero recayendo en un grupo muy selecto. Es un círculo vicioso del que se benefician unos pocos y que causan gran daño a muchos. Siempre digo: — el día que un gobierno se atreva a legalizar todas las drogas será el principio de un gran vuelco en la sociedad. No hay que tener miedo, no por legal va a ser esto un festín. Aquí fuma el que quiere, bebe alcohol el que le gusta, se casa el que encuentra con quién y desea formalizarlo, … Nadie obliga. Pues con las «otras» drogas pasaría lo mismo y se ganaría en salud. El estado se beneficiaría y se acabaría con mucha delincuencia. Quedaría extinguida una gran barrera en la evolución de la sociedad. Ya ningún policía podría detener a un ciudadano y registrarle por el mero hecho de encontrarse en un punto caliente que consideran como supermercado de sustancias ilegales, y realmente lo es. Pero si lo saben, porque de hecho alguno de ellos también va a comprar y ve que la puerta está abierta, que sobre una mesa camilla hay dos platos llenitos, uno de un material blanco y el otro de polvo marrón. Si no va el propio policía va un amigo, pero cuando está de servicio tiene que seguir las órdenes e ir contra el que compra y no contra el que vende. Porque el que vende es poderoso y hay miedo. Así que a por el débil, y le quitan, si le encuentran, lo que ha comprado, y se lo quedan, y encima le hacen un favor porque lo que va a meterse está excesivamente adulterado, pero que calma su ansiedad o le ayuda a seguir, o lo usa para inspirarse, para lo que sea: —¡no hay derecho! Pagas carísima una mierda que encima te sirve por ser mayoritariamente un placebo pero que te actúa de veneno, cuando lo que buscas es otra «reacción», mucho menos dañina y por supuesto más placentera. Y ahí entra la «dosis», cada consumidor tiene que saber cual es su dosis apropiada, pues una inapropiada dosis es la que hace el veneno. Esto ocurre con todo, alimentos, bebidas, sexo, etc. Con cualquier actividad, incluso. Si comes mucho de algo que te gusta te pondrás malo. Pero no por ello prohibimos la comida, y eso que hay alimentos bien dañinos, incluso en mínimas cantidades.
A esta sociedad le ha dado por prohibir...!!! 
—¡Es otra PUTA MODA!
 ©Miguel Je 2011


4 comentarios:

  1. *Plas, plas, plas* Muy grande tu post, y muy de acuerdo con él. Además, como curiosidad: desde que tengo el suficiente conocimiento y uso de razón opino lo que tú respecto a la legalización; sólo hay que mirar Holanda, donde las drogas y la prostitución, que existen igual aquí, están regularizadas y beneficiando al estado, para darse cuenta de que es mayor el prejuicio que la razón... Y hay quien dice que ha llegado el progreso... ¡Ilusos!

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  2. Como testigo de excepción de todo lo que cuentas con meridiana claridad, poco más me queda a mí que decir sobre el tema.Me solidarizo contigo y paso vergüenza cuando, ingenuamente, hemos tenido ocasión de comprobar en carne propia todo lo que muy bien has sido capaz de describir y denunciar.

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  3. Muchas gracias Maria, es el primer comentario de alguien a quien no conozco personalmente, pues los otro que aparecen como de EspacioJe son de mi pareja que lo lee desde el mismo ordenador,
    Me alegro mucho de que te guste, y que pienses como nosotros... pienso que quien no lo ve así es un hipócrita, es católico o tiene miedo...
    Además eres mi primera seguidora. A mi me gustó mucho tu blog, pero no recuerdo ahora si te dejé algún comentario. Un besazo.

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  4. No sé, tengo puntos de vista contradictorios con eso. Sé que si se legaliza,a lo largo, pasaría a ser como en Holanda. ¿Pero tenemos la cultura social y madurez necesaria para ello? ¿Estamos preparados? No digo los adultos, pienso en los chicos. He trabajado desde los 20 años con adictos, he visto adictos de 5 años, he trabajado en drogas muchos años y me aterra ver su desamparo. Y también adictos de "drogas legales". ¿Hipocresía? Indudable que la hay. ¿Miedo? también, pero al menos el miedo es más legítimo. Pero dudo que los madamases que se niegan a legalizarla tengan miedo, su miedo es sólo a perder su parte del pastel del reparto que les pagan los narcos. Es un tema complejo, pero más complejo es cerrar los ojos y que baste con estigmatizar e internar a los "molestosos adictos". Eso es vergonzoso en una sociedad que se dice abierta y pluralista.
    Muy bueno tu post, Miguel, gracias por compartirlo.

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